sábado


sumergida en la bañera inexistente de mi casa,

el teléfono no funciona,

los cuadros están rotos,
los corazones parece que también.
 el ruido en la casa del lado,
la suciedad en las baldosas,
la losa sin lavar,
el jarrón sin agua ,
los besos producto de la rutina, 
placer empacado a la nada;
los viernes al horno y listo.
las guitarras desafinadas, 
los sobres llenos de cartas en blanco,
caricias muertas,
el guión rasgado...
hasta los insectos saben el camino para volver a casa...
lunes de nuevo,
ceniceros con colillas,
las cortinas abiertas,
las puertas cerradas,
un café
que bien.
las palabras que nunca dices,
la hora de dormir
agua, con hielo?
da igual...
amantes que escriben sus nombres en las sabanas de mi memoria,

la cobija y la almohada se conectan a mi cuerpo.
¡enhorabuena! llegaste a la meta.
se abre la puerta del desengaño,
el premio,
una canción rota,
un poema que nadie se atrevió a escribir.
si acaso otro día mas MARTES,
toda la gente en el transporte,

todos saben que hacer y a donde ir,
el uniforme,
el trabajo,
las reservas,
aquí  y allá,
a quien le entregaras todo? 
si ni las piedras soportan la rutina

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